domingo, 13 de mayo de 2012

¡RECORDANDO!

En un ataque de esos de ordenar que, gracias a Dios, me suelen dar pocas veces, he encontrado un montón de papeles, apuntes viejos, pensamientos inciertos de tiempos pasados, ira vertida sobre un papel... en definitiva, retazos de mi vida.

No es este el lugar donde verter esos pensamientos, quizá en otro momento salga alguno, pero no todavía.

Transcribo un breve fragmento de un libro que me fascinó cuando lo leí, porque por aquella época estas cosas eran bastante familiares para mí y mi entorno. No es otro que el Yonqui de William Burroughs. Ahí va:

La carencia de droga es el opuesto al impulso de la droga. El impuesto de droga es que es preciso tenerla. Los yonquis funcionan en tiempo de droga y en metabolismo de droga. Están sujetos al clima de droga. Son calentados por la droga. El impulso de la droga es vivir bajo condiciones de droga. No se puede escapar de la enfermedad de la droga, igual que no se puede escapara del efecto de la droga después de un pinchazo.

Poco se puede decir sobre el texo, creo que queda claro el funcionamiento de un adicto.